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terça-feira, 18 de janeiro de 2011

Contos Espanhois

Brazo, brazo, dónde estás

En una casa del pueblo vivía una muchacha con su padre y la madrastra.
Su mamá había muerto cuando ella era muy pequeña. Tan sólo la conocía por un cuadro que guardaba sobre el armario de su cuarto. Cuando estaba muy triste o le pegaba la madrastra, se encerraba allí, lloraba mirando a su mamá y conversaba con ella hasta que se dormía.
La niña era muy buena y obediente pero la madrastra no podía ni verla. Por cualquier cosa le reñía, le daba golpes en la cabeza y a veces llegaba a arañarla. Siempre andaba muy mal vestida y despeinada
La víspera de San José, la madrastra hizo buñuelos. La niña hizo muchos viajes a la tienda para traer aceite, harina, huevos, azúcar y tantas cosas que hacen falta Siempre obedecía de buena gana, pero esta vez iba y venía volando porque le gustaban mucho los buñuelos. La madrastra, que era muy mala, una vez que tuvo todo lo necesario, dijo a la niña:
—¡Ojo con probar ni uno solo de los buñuelos! Si te pillo comiendo uno aunque no sea más que uno, te corto la mano.
La niña se asustó. Se fue a su cuarto y se echó sobre la cama.
Pero no conseguía dormir. Hasta allí llegaba el olor de los buñuelos. ¡Qué ricos estaban! ¡Si pudiera probar uno siquiera!
Se levantó y se acercó a la cocina. Sobre la mesa grande había una fuente de buñuelos, calenticos, tostadicos, con una fina capa de azúcar sobre la tierna corteza. ¡Quién pudiera probarlos! — pensaba. La boca se le hacía agua. No podía resistir la tentación.
En un descuido de la madrastra, agarró un puñado de buñuelos con tan mala suerte que algunos se le cayeron al suelo. El ruido delató a la pobre niña y la madrastra se lanzó sobre ella como una furia.
—¿Con que robando buñuelos, eh? ¿No dije que te cortaría la mano si te veía comer uno?
Y dicho y hecho. Con el cuchillo grande de la cocina, de un tajo, le cortó la mano. La pobre niña dio un grito terrible. Pero nadie en el pueblo se enteró porque la casa era muy grande.
—Y ahora —rugió la madrastra — te lo vas a comer entero, si tanta hambre tienes. ¡Ahora mismo, he dicho! Y no me engañes, que te conozco, bruja más que bruja.
La niña estaba pálida de dolor y de miedo.
Tomó el brazo y lo escondió bajo la ropa de la cómoda de su cuarto. Volvió a la cocina donde la madrastra estaba haciendo los buñuelos como si tal cosa.
—¿Ya te lo comiste? —preguntó la madrastra.
—Sí —respondió la niña.
—Vamos a ver. Brazo, brazo, dónde estás. Brazo, brazo, dónde estás...
La madrastra recorrió todas las habitaciones de la casa buscando dónde lo habría escondido.
—Brazo, brazo, dónde estás... Brazo, brazo, dónde estás...
—En la cómoda estoy... en la cómoda estoy —se oyó una voz cuando entraron en la habitación de la niña.
La madrastra agarró el brazo y se lo dio a la niña.
—O te lo comes o te mato —rugió de nuevo con el cuchillo en la mano.
La niña, con su brazo en la mano, pensó dónde lo escondería para que la madrastra no lo hallase. Se le ocurrió en lo alto de una de las maderas del granero.
Pero hasta allá llegó la madrastra.
—Brazo, brazo, dónde estás... Brazo, brazo, dónde estás...
—En la bóveda estoy... en la bóveda estoy...
Roja de rabia, la madrastra se lo arrojó a la cara y le dijo que, si al terminar de freír los buñuelos no se lo había comido, la mataría sin remedio.
La pobre niña ya no sabía qué hacer. Cerró los ojos y se lo fue comiendo poco a poco. Sentía unas náuseas horribles, se sentía morir. Luego se dirigió a la cocina.
—¿Te lo comiste o no te lo comiste? —preguntó la madrastra.
—Sí, madrastra —respondio la niña, a punto de desmayarse.
—A ver, brazo, brazo., dónde estás...
—En la tripa estoy... en la tripa estoy...
—Bien. Así se castiga a las chicas desobedientes ¡A la cama!
La niña se fue a la cama y se durmió.
A la mañana siguiente, al ver que no se levantaba, la madrastra fue a su cuarto. Estaba muerta. Seguramente murió envenenada, o que Dios la castigó por comerse su propio brazo.
Y colorín colorao este cuento se ha (a) cabao.


Fonte:http://guindo.pntic.mec.es/~rszczybe/codes/num9.html (10/01/2011, 9.50h)


La Mata de Albahaca

Era una mujer que tenía tres hijas. Y tenían en el jardín una mata de albahaca y cada día salía una de las hermanas a regarla.
Un día salió a regar la mata de albahaca la hija mayor. Y cuando estaba regándola, pasó por allí el hijo del rey y le dijo:
- Señorita que riega la albahaca, ¿cuantas hojas tiene la mata?
Y como no supo responder se fue el hijo del rey para su palacio.
Y al día siguiente pasó otra vez el hijo del rey por la casa y salió la hermana segunda a regar la albahaca, y él le hizo la misma pregunta:
- Señorita que riega la albahaca, ¿cuantas hojas tiene la mata?
Tampoco supo responder y el hijo del rey se fue para su palacio.
El tercer día, cuando volvió el hijo del rey a pasar por la casa, la hermana menor pasó a regar la albahaca, y él le hizo la misma pregunta que a las otras:
- Señorita que riega la albahaca, ¿cuantas hojas tiene la mata?.
Y ella le respondió:
- Señorito aventurero, ¿cuántas estrellas tiene el cielo?
Y como el hijo del rey no supo responder a esta pregunta, se fue a su palacio muy avergonzado.
Y entonces el hijo del rey como estaba muy avergonzado de ver que no había podido responder a la pregunta de la hermana menor, se metió a encajero y salió a vender encajes a todas partes. Y llegó a la casa en donde vivían las tres hermanas y salieron a ver que vendía. Y la hermana menor escogió por fin una puntilla y le dijo al encajero:
- ¿Cuánto quiere usted por esta puntilla?
Y él le dijo:
- Por esta puntilla un beso.
Y ella le dio el beso y se quedó con la puntilla.
Y otro día volvió el hijo del rey como antes a la casa de las tres hermanas. Y salió la hermana mayor a regar la albahaca y él la preguntó otra vez:
- Señorita que riega la albahaca, ¿cuantas hojas tiene la mata?
Y ella no supo que responder y él se fue para su palacio. Y al día siguiente volvió y salió la hermana segunda a regar la albahaca, y el hijo del rey le preguntó como antes:
- Señorita que riega la albahaca, ¿cuantas hojas tiene la mata?
Y ella no supo que responder como la primera vez. Y vino otro día el hijo del rey y salió la hermana menor a reger la albahaca, y le preguntó como antes:
- Señorita que riega la albahaca, ¿cuantas hojas tiene la mata?
Y ella le respondió como la primera vez:
- Señorito aventurero. ¿Cuántas estrellas tiene el cielo?
Y a eso preguntó él:
- Y el beso del encajero ¿estuvo malo o estuvo bueno?
Y como ella no supo responder se metió en la casa avergonzada.
Pero pocos días después se puso malo el hijo del rey y no había médico que lo pudiera curar. Y fue la hermana menor y se vistió de médico. Fue al palacio del rey de médico superior, mucho superior, y le dijo al rey:
- Yo vengo señor rey, a curar a su hijo.
Y la dejaron entrar y consultó con los otros médicos y dijo:
- Pa que sane el príncipe hay que meterle un nabo en el culo.
Conque bueno, que le metieron el nabo en el culo y el hijo se puso bueno.
Y cuando ya estaba bueno, salió el hijo del rey otra vez a paseo y pasó por la casa de las tres hermanas otra vez. Y salió como de costumbre la hermana mayor a regar la albahaca, y él le preguntó de nuevo:
- Señorita que riega la albahaca, ¿cuantas hojas tiene la mata?
Y ella, como antes, no supo reponder.
Y otro día salió la hermana segunda a regar la albahaca, y le hizo el hijo del rey la misma pregunta de siempre:
- Señorita que riega la albahaca, ¿cuantas hojas tiene la mata?
Y tampoco supo responder.
Y al tercer día, cuando pasó el hijo del rey por la casa, salió la hermana menor a regar la albahaca y él le preguntó como lo había hecho antes:
- Señorita que riega la albahaca, ¿cuantas hojas tiene la mata?
Y ella le respondió como antes:
- Señorito aventurero. ¿Cuántas estrellas tiene el cielo?
Y entonces el hijo del rey creyó que iba a salirse con la suya como antes y la preguntó:
- Y el beso del encajero, ¿estuvo malo o estuvo bueno?
Pero se engañó el hijo del rey, porque apenas había preguntado eso de antes, cuando ella le preguntó:
- Y el nabo por el culo, ¿estaba blando o estaba duro?
Y entonces el hijo del rey comprendió que ella había sido la que le había metido el nabo por el culo. Y como estaba muy enamorado de ella y ella también estaba enamorada de él, enseguida se casaron.

Fonte:http://personal.redestb.es/jesusrom/cuentos/cuentos_frame.html (10/01/2011-8.50h)

Amigos
 

Hace tiempo al estar en mi casa, siendo como las 11:00 de la noche, recibí la llamada telefónica de un querido amigo. Me dio mucho gusto su llamada y lo primero que me pregunto fue: ¿ Cómo estas? Y sin saber por que, le conteste: "me siento muy solo". ¿Quieres que platiquemos? ........me dijo él, a lo cual le respondí que si y me dijo: ¿quieres que vaya a tu casa? Y respondí que sí.
Colgó el teléfono y en menos de quince minutos el ya estaba tocando a mi puerta.
Yo empece y hablé por horas y horas, de todo, de mi trabajo, de mi familia, de mi ex-novia, de mis deudas, y el atento siempre me escuchó. Se nos hizo de día, yo estaba totalmente cansado mentalmente, me había hecho mucho bien su compañía y sobre todo que me escuchara y que me apoyara y me hiciera ver mis errores, me sentía muy a gusto y cuando el notó que yo ya me encontraba mejor, me dijo:
- "Bueno pues me retiro; tengo que ir a trabajar". Yo me sorprendí y le dije:
- Pero, porque no me habías dicho que tenias que ir a trabajar; mira la hora que es, no dormiste nada, te quite tu tiempo toda la noche".
Él sonrió y me dijo:
- "No hay problema para eso estamos los amigos".
Yo me sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así. Lo acompañe a la puerta de mi casa... y cuando él caminaba hacia su automóvil le grite desde lejos:
- "Oye amigo, y despues de todo esto, ¿porque llamaste anoche tan tarde?"
El regreso y me dijo en voz baja.
- "Es que te quería dar una noticia..."
Le pregunte: ¿Que paso? Y me dijo... fui al doctor y me dice que mis días están contados, tengo un tumor cerebral, no se puede operar, y solo me queda esperar... yo me quede mudo...el me sonrío y me dijo: Que tengas un buen día amigo... se dio la vuelta y se fue...
Pasó un buen rato para que asimile la situación y me preguntaba una y otra vez porque cuando él me pregunta ¿cómo estas? me olvide de él y solo hable de mí. Como tuvo la fuerza de sonreírme, de darme ánimos, de decirme todo lo que me dijo, estando el en esa situación...esto es increíble... Desde entonces mi vida ha cambiado, suelo ser mas critico con mis problemas y suelo disfrutar mas de las cosas buenas de la vida. Ahora aprovecho mas el tiempo con la gente que quiero.. por ejemplo él, mi amigo... todavía vive y procuro disfrutar mas el tiempo que convivimos y platicamos, sigo disfrutando de sus chistes, de su locura, de su seriedad, de su sabiduría, de su temple, de mi amigo...
PD: Les deseo que tengan un hermoso día y recuerden... "El que no vive para servir... No sirve para vivir..." La vida es como una escala, si miras hacia arriba siempre será el último de la fila pero si miras hacia abajo veras que hay mucha gente que quisiera estar en tu lugar
Nota:Una historia que nos enseña cómo en el servicio el amor se hace concreto
Fonte:http://www.aciprensa.com/Historias/historia.php?id=102 (18/01/2011-09.38)



EL LAZARILLO DE TORMES
Tratado primero:
Lázaro nació junto al río Tormes, por eso su apodo. Su padre murió cuando tenía ocho años en una expedición contra los moros, donde fuera enviado como castigo por robar trigo en el molino en que trabajaba. El niño y su madre se mudaron a Salamanca, donde apenas sobrevivían con lo que su madre ganaba cocinando y lavando ropa para estudiantes y mozos de caballos. Su madre tuvo otro hijo mulato, fruto de su relación con un mozo negro. También el negro fue condenado por ladrón y volvieron a quedarse solos.
Un ciego lo tomó como guía cuando llegó a la adolescencia, cosa que su madre aceptó por creer que su hijo estaría mejor cuidado. Pero el ciego era un avaro y mataba de hambre al joven, hasta que éste lo abandonó.
Tratado segundo:
Lázaro llegó a Maqueda, donde trabajó para un clérigo que guardaba la comida en un arca bajo llave. El joven se hizo con una copia de la llave para robar algo durante las noches, fingiendo que había ratones.
Cierta noche, los ronquidos de lázaro despertaron al clérigo que pensó que escuchaba el silbido de una serpiente, pero era el muchacho que escondía la llave en su boca.
El clérigo se acercó en la oscuridad y golpeó al chico con un garrote que lo dejó en cama por tres días, luego de los cuales lo echó de su casa.
Tratado tercero:
Viaja a Toledo y vive de limosnas por unos días. Entra al servicio de un escudero tan pobre que debía seguir mendigando para compartir con su amo. Luego que el alcalde prohibiera la mendicidad, las vecinas ayudaron al chico y su amo a sobrevivir. Pero el escudero desapareció cuando llegaron los dueños de la casa por el alquiler. Y lázaro volvió a quedar solo.
Tratado cuarto:
El cuarto amo de lázaro era un fraile que pasaba más tiempo en la calle que en el convento. Por esto lo abandonó el muchacho y por razones que no quiso contar.
Tratado quinto:
El quinto amo de lázaro era un clérigo que vendía bulas (buldero). El joven se quedó unos meses con él y prosiguió su camino.
Tratado sexto:
En este tratado, lázaro tiene dos amos, un maestro de pintar panderos para el que muele los colores y con quien pasa mil peripecias. Y un capellán con el que logró ahorrar dinero para comprarse ropa nueva.
Tratado séptimo:
Es el último y se desarrolla en el momento actual de la vida de Lázaro. Trabajó para un alguacil, pero le resultó un trabajo peligroso y lo abandonó.
Luego consiguió un puesto como pregonero en Toledo y lo hacía con mucha habilidad.
Finalmente, lázaro se casa con una criada del Arcipreste de San Salvador de Toledo y vive en una casa junto a la del Arcipreste. En la ciudad se hablaba de la relación entre la criada y el Arcipreste, pero a lázaro le parecía vivir muy bien y se mantenía ajeno a las murmuraciones, amenazando de muerte a quien injuriara a su mujer.

Fonte:http://www.cuentos-infantiles.org/el-lazarillo-de-tormes-version-adaptada-para-/ninos/(18/01/2011-18.54h)

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